La vieja aspiración regionalista, que en Atacama es muy profunda, “podría” estar dando los primeros pasos. Digo, “Podría”, lo que indica algo posible, pero no seguro. Hay algunas señales, como la elección de Consejeros Regionales, que ya se intentó hace un tiempo pero sin éxito, y que ahora tiene mejor ambiente, por que hay más apoyos. Suena también, aunque más débil la posibilidad de elegir Intendentes.

Por cierto, que conjuntamente es necesario transferir atribuciones y presupuestos que permitan hacer efectivos estos cambios.Es que autoridades electas, sin presupuesto y sin atribuciones, es un paso en el aire y puede volverse en contra.

Estas viejas aspiraciones, aunque no por ello, menos innovadoras, sólo pueden tener éxito, si se encadenan a un proceso razonable y gradual, no en el sentido dilatorio, sino como pasos reales y tangibles hacia una regionalización poderosa.

Para que ello sea posible, se necesitan esfuerzos y cambios legales a nivel central, -es que no hay otra forma de avanzar institucionalmente- pero también en las propias regiones y en quienes las integran.

Asumir este proceso, impone exigencias muy grandes y capacidades superiores, de otro modo, podemos ir derecho al fracaso. Hay que hacer la tarea de recopilar información y formular propuestas concretas, no podemos esperar –pues sería un contrasentido- que todo venga resuelto desde Santiago.

Para alentar estas iniciativas, conviene recordar que la propia Constitución Política de Chile, mandata a los órganos del Estado, -a todos- a promover “el fortalecimiento de la regionalización del país”. Es pues un tema ya zanjado y resuelto.
El país debe avanzar hacia una regionalización efectiva y no hacerlo importa vulnerar la norma fundamental que nos rige. Es una orden que hay que cumplir y que se ha dilatado demasiado. ¿O es que la Constitución afirma algo que no corresponde?; ¿O sólo fue un desliz inconveniente y vacío?. Ni lo uno, ni lo otro. Ahí, en la norma principal, se recogió un anhelo largamente acariciado y muy necesario.

Atacama debe liderar este proceso, hoy más que nunca, está en condiciones de hacerlo. Se ve en las calles, en la superficie y en lo profundo. Las iniciativas de toda clase fluyen.