AVANCEMOS POR UN CAMINO SEGURO, HACIA LA INTEGRACIÓN, HACIA ATACALAR.

06 octubre 2011 0 comentarios

THINK TANK CENTRO DE ESTUDIOS ATACAMA
Hace ya bastante tiempo se nos dijo que en Atacama se pavimentará el camino al Paso San Francisco, o parte considerable del mismo, para unir el Atacalar.

Hace algunos días viajamos a la Argentina a visitar las bellas provincias de Catamarca y Tucumán, y junto a nuestros acompañantes pudimos comprobar que el lado chileno del camino está en un estado deplorable, siendo un camino calamitoso que realmente da lástima, y parece propio del país más subdesarrollado. Otras personas que hacían trámites en los controles de Policía y Aduanas de cada país, emplearon reiteradamente el término vergonzoso para referirse al lado chileno de este camino. Eso es indigno de Atacama.

Queda claro que los centralistas nos miran como los hermanos a quienes solo se les quiere para aprovechar lo que les podemos entregar, y no para entregarnos el bienestar mínimo al que tenemos derecho.

Mientras, en la prensa de hoy se anuncia como gran cosa que en Santiago la Comisión de Evaluación Ambiental aprobó por unanimidad la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto conocido como “Mapocho Navegable”, nosotros contemplamos atónitos que se ha secado nuestro río milenario, y que parte de la población de Copiapó solo tiene acceso racionado al agua potable.

Los hermanos del NOA argentino desde hace años, bastante empuje han puesto para mantener buena esta vía transnacional, y mantienen la ruta en buen estado. Basta ir y mirar para apreciar que la carretera del lado Argentino a partir del límite mismo, nos da por ahora cancha tiro y lado.

La integración de los pueblos de Atacama y el NOA, que dará oportunidades al comercio, turismo, servicios, y al intercambio cultural de ambos pueblos, es un hecho irreversible.

Entonces ….¿Para qué dilatarlo más?

¡Ya está bueno que cumplan la palabra quienes deben asfaltar esta vía!

ATACAMA: La mínima honestidad y fraternidad así lo exigen.

Atentamente, Julio César Morales Neyra, 100% copiapino y atacameño.
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PARA QUE TODOS SEPAN, QUE EL OTRO CHILE SE INVENTÓ EN ATACAMA.

THINK TANK CENTRO DE ESTUDIOS ATACAMA
Una esperanza recorre a Atacama, una esperanza de cambio y de recuperación de la identidad.

Atacama es única, y es la única región que ha elegido a su Intendente. Sucedió un 6 de enero del año 1859. En esa oportunidad los habitantes de Atacama considerando que los abusos del centralismo y la forma prepotente con que el gobierno de Manuel Montt imponía a las autoridades, eligieron a Pedro León Gallo como su primer Intendente, esta elección democrática es el resultado de la formación de una asamblea constituyente en aquellos primeros días del 59.

La reacción del gobierno central no se hizo esperar, e intentó desarticular la asamblea desautorizándola, pero los ánimos de los Atacameños no estaban para vacilaciones, de aquellos acontecimientos han transcurrido 152 años.

Del Puerto de Caldera llegaron voluntarios para defender la democracia y la libertad, a Pedro León Gallo le reconocieron la autoridad y prácticamente no hubo un solo hombre que no acudió al llamado de la tierra. Los atacameños se prepararon unidos, y los ciudadanos se enlistaron en las tropas para resguardar la autonomía y ejercicio de los derechos democráticos.

Se formó el glorioso Batallón de La Legión del Huasco, los empresarios mineros formaron sus propias milicias, y los ciudadanos compusieron, el batallón cívico de Copiapó, los Zuavos de Chañarcillo, y la actividad e ideales de la revolución a esas alturas francamente alcanzaron hasta la Región de Coquimbo. Pedro Pablo Muñoz, Comandante de los Igualitarios, fue quien asumió en la hermana región de Coquimbo y lideró esos batallones, convocando a los mineros y agricultores, para defender la democracia, la libertad, y el derecho a elegir a sus propias autoridades, sin las imposiciones de la capital.

Luego vino la Batalla de Los Loros, y la gloria de los Constituyentes.

Power to the peopleResulta importantísimo y muy significativo para un atacameño ver la bandera Constituyente (campo azul con la estrella dorada en el centro), en la alcaldía de Copiapó y proliferando por doquier en las casas de los atacameños, todos unidos por el mismo ideal, enarbolando su bandera, sin dar lugar a distinciones de ningún tipo, ni económicas, ni de raza, ni de credo, se puede ver flameando en la casa del más rico, y del más humilde, esto nos habla en parte de la grandeza de los ideales que inspiraron a los revolucionarios de la generación del 59.

Se siente en el ambiente, como fuera cuando Pedro León Gallo arengó a las tropas o cuando lo hizo Guillermo Matta, en el mismo municipio en 1879.
Esto está sucediendo en estos días en Atacama, a 152 años y poco menos de 182 años del descubrimiento del mineral de Chañarcillo, que sin presumir y siendo fiel a los hechos, permitió sostener la economía del país durante toda una década.

“Un homenaje a la II asamblea Constituyente, a quienes soñaron y lucharon, con ese país más grande, y así para que todos sepan, que el otro Chile se inventó en Atacama.”

Atentamente, Fernando Orellana, 100% vallenarino y atacameño.
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LA BANDERA REVOLUCIONARIA DE ATACAMA

03 octubre 2011 0 comentarios

THINK TANK CENTRO DE ESTUDIOS ATACAMA
La bandera de Atacama no es capricho; esta bandera no es saludo a la bandera. Se generó en las rebeliones mineras de Chañarcillo a comienzo del siglo XIX.

La bandera de los Zuavos Constituyentes se hizo al fragor del combate de los mineros; y luego, el pueblo la hizo suya. Fue la que encabezó a los batallones de la Revolución de 1859.

Los Zuavos de Chañarcillo fueron dirigidos por ciudadanos: el Comandante, Olegario Carvallo; el Teniente Coronel, Santiago Toro; el Mayor, Olegario Olivares y los capitanes: Elías Marconi, Manuel Jesús García y Hugo Navarrete. Esta legión sería fundamental para derrotar al regimiento de la oligarquía Santiaguina y centralista, el Buin, en la batalla de Los Loros. Veinte años después, los sobrevivientes de este batallón, volverían a los campos de batalla en la Guerra del Pacífico, en el Segundo Batallón Atacama.

La Bandera azul, con su estrella de oro y orlas también de oro, inspirada en Los Girondinos, se llenó de pólvora, balas y desgarros de sangre y de sudor atacameño. Pedro León Gallo fue sepultado envuelto en estos girones.

No es capricho la bandera de Atacama, es un sueño.

Cuando los Tiwanakotas bajaron del altiplano se encontraron con la independencia de Atacama; también, los Coyas y los Incas. Ahora, sabemos, a través de Cornely, que después de más de veinte años de sus excavaciones, los Diaguitas también fueron rechazados; y por eso, los pocos vestigios diaguitas encontrados por Ricardo Latcham fueron traídos desde Argentina.

El poblamiento de Atacama desde el Choapa trajo a las mejores familias al desierto. Antes, desde el Altiplano se había realizado un poblamiento, incluso desde Salta, como lo señala el historiador boliviano, Fernando Cajías. Además, de la diáspora argentina del sigo XIX, que llegó a ser el treinta por ciento de la ciudad de Copiapó; y, por cierto, de los cientos de europeos que arribaron detrás del oro y la plata. Por ello, muchos de los héroes legendarios de Atacama, son de origen argentino, inglés, francés, alemán, etc. Este crisol generó un ethos; una necesidad de ser presentativo y no representado; hay una bandera que habla de esta distinción.

No es capricho, ni deseo de alguna forma de separatismo de Chile, sino de identidad, de unidad del mundo atacameño.

Nuestra bandera no es una nueva forma de chauvinismo o nacionalismo antojadizo; sino que devoción y testimonio por nuestros cientos de muertos en los campos de batalla, en los campos del pensamiento laico y en el respeto por nuestros héroes y hechos legendarios; un lugar en el mundo, donde los lagartos y los cactáceos somos por algo, de terracota.

Aquí, no hablamos de mitos sino de grandes batallas: Los Loros, Cerrogrande, Pisagua, Dolores, Los Ángeles, Tacna, Chorrillos, Miraflores, Concón y Placilla, donde quedaron muertos cientos de atacameños con nombres y apellidos. La conquista del desierto tampoco fue aventura fácil; fue de sed y de locura: Almeyda, Ossa, “Chango” López, “Manco” Moreno y muchísimos más, que dejaron sangre y cuero atacameño, en hacer florecer el desierto de salitre, de cobre y de vida humana.

La bandera atacameña no es souvenir sino un territorio, más allá de esta mal nominada Región de Atacama; es el sostén de diálogo entre las distintas aristas del ser atacameño; es la búsqueda de construir el sueño de Pedro León Gallo; de buscar el perfeccionamiento de la libertad, la igualdad y descentralización del Estado. Chile no podría ser el mismo sin la minería; por ello, el Norte sería distinto sosteniéndose en sus propios hombros.

La bandera no sólo es trapo que flamea en la Casa de la Cultura de Copiapó, sino: yo, tú, nosotros, haciéndonos cargo de nuestro destino. Cuando desconocemos esto o nos hacemos los lesopillos estamos abandonando nuestra posibilidad de futuro esplendoroso.

La gloria que tiene esta bandera es la semilla que nos ha trasmitido la tradición y albura de su historia; no ha sido gratis, ha sido de sangre y de martirio. De nosotros, los atacameños, depende aprovechar este tesoro de distinción, valentía y abundancia.

Arturo VolantinesEsta bandera no es volada criollista o folclórica; es el cielo azul que heredamos para conquistarlo.

Esta bandera nos presenta con magnificencia; lo que fuimos y lo que seremos; es mi sangre y la tuya; éste es el río que jamás se puede secar.

Nosotros no seremos leyenda, seremos la patria.

Atentamente, Arturo Volantines Reinoso, atacameño por sangre y tradición.
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