LA REVOLUCIÓN LIBERAL DE 1851, Y SU SITIO DE LA SERENA, SON GLORIAS DE CHILE, SON PATRIMONIO RESCATADO POR ESTE GRUPO DE LEONES.

14 octubre 2014 0 comentarios

Hermoso es escuchar los ecos de la historia cuando retumban para nuestro regocijo y felicidad, hermoso es ver un grupo de leones que nos entregan la corona de la suprema libertad.





Aunque no he tenido la oportunidad de leer el libro del Sitio de La Serena, vi su presentación en youtube, y no me cabe dudas por lo que viene haciendo la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy, que se convertirá en un best seller y será fuente de obligatoria consulta para los historiadores futuros que quieran conocer la historia de los prohombres de Coquimbo y sus excelsos ideales.

Los Coquimbanos son protagonistas de esta revolución que quiso democracia, en los términos de libertad que Chile merece y que los chilenos entendemos.

No solo hablamos de Atacama y Coquimbo, hablamos tambien de los ciudadanos de la Sociedad de la Igualdad que en Santigo vieron sucumbir con desazón los ideales de Francisco Bilbao, Benjamín Vicuña Mackena, José Victorino Lastarria, Santiago Arcos, eso solo por nombrar a algunos de los miles de ciudadanos santiaguinos que querían libertad para el país, por Concepción caían abatidos los ideales del General De La Cruz.  

Cuando escuchamos al poeta Arturo Volantines decir: Esta no es la historia de la batalla de Waterloo, esta no es la historia de Troya, esta es la Historia del Sitio de La Serena en la revolución de los libres de 1851,  sin duda es el cebo perfecto para capturar al lector, que desde ya anhela conocer los secretos que revelan las magníficas páginas de la sagrada historia de Coquimbo.

Se agradece el esfuerzo de estos intelectuales del siglo XXI, que nos legan y nos enseñan la Historia de nuestra Región, del honor y de la gloria que abunda y colma la rica historia de Chile y su libertad. El león americano encontrará en estas páginas el ejemplo de Ilustres Guerreros.

Gracias Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy, Mil laureles a Chile!!


Atentamente, Julio León Morales D.
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EL LEÓN ROJO. THINK TANK CENTRO DE ESTUDIOS ATACAMA

02 julio 2014 0 comentarios

Cuando Pedro León Gallo Goyenechea regresó a Chile después de su doloroso ostracismo, luego del enturbiador exilio, la nueva actitud regionalista quedó en evidencia, cuando junto a su primo Manuel Antonio Matta, el 27 de diciembre de 1863, fundan la Primera Asamblea Radical de Chile en Copiapó, con vista a las elecciones parlamentarias de 1864.

Por esos dìas el 8 de noviembre de 1863, en una reunión llevada a cabo en el Puerto de Valparaíso, con motivo de un banquete que se efectuó en honor del regreso a Chile del Prócer Federalista, al que concurrieron figuras de gran envergadura, entre los que se contaban don Ángel Custodio Gallo, don Manuel Antonio Matta, don Juan de Dios Arlegui, don Luis Rodriguez Velasco, don Benicio Álamos González, don Gerónimo Costa, don Francisco Donoso y don Roberto Souper, y mucha gente del pueblo que quería conocer y ver de cerca al lider romántico que encarnaba la justicia, la libertad y los deseos democráticos de toda la nación, y que a esas alturas en el ideario popular, era ya toda una leyenda.

Unos dias antes se habìa formado ya la Asamblea de Valparaíso, cuyo origen parece haber sido bastante polémico, evidenciando rivalidades al interior del Partido Radical Liberal entre “liberales moderados” y “liberales rojos”.

Comenzó la ceremonia, y luego de algunos discursos y presentaciones de otros connotados liberales, se le concedió la palabra al León de Atacama, él que en firme tono señaló a la concurrencia:

"He escuchado que se acaba de pronunciar la palabra rojo en un sentido ofensivo. Pues bien, yo la acepto en toda su extensión.
¿Qué significa el rojismo?

Significa la abnegación, el sacrificio y aun la muerte para los defensores del derecho, la libertad y la eterna justicia".


Así se marcó la impronta de lo que sería la combatividad del regionalismo Chileno, y se sembraba la semilla para que posteriormente se formara la Asamblea de Concepción y luego su proliferación en todo el país. (1)

Por un Chile Grande y nuestro, para siempre SSS, Julio León Morales Daviu, un voto por el país, un voto por la autonomía.

(1)El "48" chileno : igualitarios, reformistas radicales, masones y bomberos, Santiago, editorial Universitaria, 1999. Read the full story

LA CAIDA DE COPIAPO JOSE SIERRA, LA LEALTAD DEL CALDERINO

13 mayo 2014 0 comentarios

La historia de Chile, no describe las pequeñas batallas y refriegas que adornan la rica historia de Atacama. ¿Cuál es la razón? ¿Acaso las grandes matanzas y los regueros de sangre son lo más importante para ocupar las páginas de un libro?
La Revolución Constituyente de Pedro león Gallo, en 1859, para algunos historiadores, es solo la aventura de un jovencito con poder y dinero, que vio frustrados sus intentos de llegar a la capital de Chile e instalar por la fuerza, caprichosas ideas federalistas.

 Para nosotros los atacameños, fue el sueño roto del Caudillo, que exigía para Atacama que, ésta tuviera mayor participación de los impuestos generados por las exportaciones mineras, rebajar los valores de cabotajes de los puertos e implementar facilidades para la conectividad con Argentina, para el traslado de carnes a los centros mineros. Y también que el Fisco pague los gastos de educación pública, los hospicios y cementerios; las obras de canales de regadíos y puentes, y pagar el sostén de las milicias, ya que todos estos gastos, eran absorbidos por la Junta de Minería, que debía lidiar con todas las necesidades de Atacama. El atrevimiento del Ejército Atacameño tuvo un final, – para muchos, romántico, para otros un resabio – sobre todo para los admiradores de Manuel Rodríguez – heroicos personajes que hicieron cambiar el curso monótono de la historia Chile.


El 12 de mayo de 1859, el soldado constituyente José Sierra, fiel seguidor de don Pedro León Gallo, se bate heroicamente en las calles de Copiapó. Con sus últimos seguidores, con su grupo de amigos, resiste

el embate y la persecución de las tropas de José Antonio Villagrán, comandante persecutor de los últimos focos de resistencia constituyente. José Sierra, no sabía leer, no tuvo acceso a las letras, pero tenía muy claras las ideas, conocía el valor de las libertades de los hombres de Atacama.

Él, nunca creyó en la derrota de su comandante. Nada pudo convencer que Pedro León Gallo, había sido vencido en Cerro Grande.

Emocionalmente, José Sierra, mantuvo una lealtad infinita hacia sus oficiales superiores. Entre sus desesperadas acciones, secuestra un tren y viaja desde Caldera, aquí se apoderó de Copiapó y se autoproclamó Intendente de la Provincia. Dueño de la plaza, se fue a esperar las tropas gobiernistas a la entrada de Copiapó.

En un costado del sitio, que hoy conocemos como la Plaza de Avalos, se parapetó, desde allí, en la refriega fue perdiendo posiciones, hasta llegar a la plaza de Copiapó donde se batió heroicamente, hasta caer desvanecido por el cansancio y ser apresado por las nuevas autoridades militares. Caía vencido el último bastión constituyente, caía el último guerrero, que viniendo desde la costa, desde Caldera, se anudó una bandera azul en su pecho y con el corvo entre sus dientes, desafió la historia.

El leal soldado atacameño, mostró con entereza el amor por su tierra, la lealtad con su comandante y el aprecio por sus ideales. Esta historia ocurrió, pasó un día 12 de mayo de 1859. En tiempo actual es conocida como la Caída de Copiapó, gracias a una crónica que hizo el historiador Joaquín Fernández en un libro: Chile en el Siglo XIX.

Vidal Naveas Drogett, Atacamenyo.
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DE LA MAYOR GESTA DEL NORTE INFINITO ATACAMA Y COQUIMBO. LA BATALLA DE LOS LOROS O BATALLA DE LOS CORVOS. MEMORABLE TESTIMONIO DE LOS LUCHADORES POR LA CONSTITUYENTE

19 marzo 2014 0 comentarios

A 155 AÑOS DE LA BATALLA DE LOS CORVOS


Publicamos testimonio presencial del hecho revolucionario más glorioso de Atacama, cual es la Batalla de Los Loros en Las Compañías de La Serena, al haberse cumplido este viernes 14 de marzo de 2014, 155 años, de ese suceso .

Este es el testimonio de Ramón Arancibia, Comandante del Estado Mayor del Ejército Revolucionario de Pedro León Gallo, en torno al desarrollo de esta Batalla.

Documento Vivencial de Hace 155 Años.


PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DE LA COMPAÑÍA
(Imprenta El Cosmopolita, (Director: Manuel Concha, La Serena), 21 de marzo de 1859).

(Quebrada de Los Loros, Coquimbo).

Ramón Arancibia (1),
Jefe de Estado Mayor.

Al Señor General en jefe de la División Libertadora del Norte, don Pedro León Gallo Goyenechea:

Cumpliendo con mi deber paso a dar cuenta a US., de la batalla que el lunes 14 del presente tuvo lugar en el sitio denominado “La Compañía”.
Al amanecer partiendo del sector las Escobas, donde habíamos descansado una hora emprendimos nuestra marcha hacia esta ciudad.

El Capitán Montes, con treinta Carabineros montados, presidía a la división que avanzaba en columnas por mitades con la artillería al centro y guardando su flanco izquierdo con dos escuadrones de caballerías.

A las seis de la mañana, nuestra descubierta nos dio aviso que el enemigo estaba a tiro de cañón en la parte baja del llano.  
Inmediatamente, se dio orden al Capitán Montes de emprender lentamente su retirada hacia el grueso del ejército, a medida que el enemigo avanzara, sin perderlo de vista. Al efecto, la descubierta formó un cordón desde la cadena de cerros que teníamos sobre nuestra izquierda, hasta un pequeño morro que cierra el llano por el costado derecho, cubriendo una extensión de diez cuadras más o menos.

Entre tanto, la división continuó su marcha al paso redoblado para ganar el camino que corre paralelo al cerro Brillador, que debía de servir de punto de apoyo a nuestra ala izquierda, si el enemigo nos ganaba el frente; para cubrir la retaguardia o si nos salía a través o para apoyar la derecha si nos atacaban por la retaguardia.

Después de veinte minutos que marchábamos en esta forma, el enemigo avanza en línea recta en la dirección de nuestro punto de partida, por manera que lo habíamos dejado a retaguardia, teniendo expeditos los caminos del Romero y el de La Serena.

Al Nor-Oeste de esta ciudad y a distancia de una legua, hicimos un alto. El enemigo avanzaba hacia nosotros, cubierto por un batallón desplegado en guerrilla. Para contenerlo y dar tiempo a que marchase nuestro ejército, US. dispuso que dos compañías de infantería, una del batallón de línea al mando del capitán Puelma y otra de los Voluntarios de Atacama, formasen un cuerpo de guerrilla bajo la orden del que suscribe, teniendo orden de cubrir la marcha del ejército batiéndose en retirada. 

De estas dos compañías que formaban un total de 112 hombres, dejé de reserva la 2ª desplegando la 1ª, en guerrilla por el flanco izquierdo y habiendo inmediatamente ubicado de frente sobre el centro adelantando el ala izquierda, quedé dando el frente al enemigo y ocupando la parte baja del llano, teniendo por la izquierda y retaguardia un barranco profundo, y por la derecha el cerro Brillador, por cuya falda debía emprender la retirada cuando fuese necesario. De esta manera, esperando a pie firme al enemigo, la División desfiló a mi espalda en esta forma: el batallón 1ero de línea de Atacama, a la cabeza; el batallón Cívico de Copiapó; el batallón Zuavos; la Brigada Constituyente de artillería y el batallón Voluntarios de Atacama. 

Los escuadrones de caballería seguían al costado izquierdo, a la misma altura y en línea paralela a la infantería. La circunstancia de ser el terreno escabroso y cortado por barrancos que nos estrechaban entre el río y el cerro haciéndose difícil el paso de la artillería, parque y bagajes hizo que la marcha fuese lenta y que, cuando el enemigo habido desplegado en guerrilla las columnas que en masa cubría con su primer batallón de tiradores, presentando un frente de más de una milla en que avanzando sus alas formó un semicírculo que envolvía a mis pocos tiradores, la División sólo hubiese avanzado unas diez u ocho cuadras. 

En ese estado, como a las 8, el enemigo rompió el fuego en toda su línea y nuestra División hizo alto. Durante media hora mi guerrilla sufrió un fuego nutrido de fusilería, sin contestar un sólo disparo, hasta que, llegando los contrarios a la distancia de una cuadra, mandé a romper el fuego. En un momento me hice cargo de la mala posición que ocupaba, estando dominado por los fuegos del enemigo y separado del grueso de la división por un barranco cortado a pique. 

No obstante, para darle tiempo a que siguiera su marcha al Romero, mantuve mi posición media hora. A las ocho y media me hallaba casi rodeado por todo el ejército enemigo y se hizo preciso variar de colocación. Hice que mi reserva virara al barranco, y cambiando de frente a retaguardia, retirando el ala izquierda de mi guerrilla, la dejé colocada en una línea cuasi perpendicular al centro enemigo, teniendo el barranco por medio. Allí mandé fuego en retirada con el fin de atraerlo hacia nuestro terreno, lo que en efecto se consiguió. 

Marchábamos en esta disposición cuando S.S. mandó una pieza de artillería hacia mi izquierda, para romper sus fuegos sobre el centro enemigo, lo que hizo con una destreza admirable. Viendo la brecha que abría en los contrarios y que les hacía plegar su línea a los costados, mandé avanzar toda mi reserva, y pedí, por medio de varios ayudantes, una caballería para cargarlos por el flanco derecho. 
Eran tan certeros nuestros tiros y tal la posición que el enemigo ocupaba, a haber recibido el pequeño auxilio de caballería que solicitaba con instancia, la batalla se habría terminado sin haber empeñado por nuestra parte un soldado más; pero faltándome ese auxilio, el enemigo pudo ganar el cerro con su ala izquierda, mientras que su derecha salvaba el barranco. Entonces, para no ser totalmente envuelto, mandé desfilar por el flanco izquierdo, haciendo fuego sobre la derecha.

La sangre fría y el orden de nuestros guerrilleros en esa marcha difícil fueron dignos de todo elogio. Entre tanto, el ala derecha de los enemigos llegaba ya al frente de nuestra división, y US., dispuso que la compañía de cazadores del batallón cívico con la 3ª y 5ª avanzaran al camino y el medio batallón de la derecha, atacara al centro. Mientras este valiente cuerpo cruzaba sus fuegos con el ala derecha del enemigo, el resto del batallón Voluntarios de Atacama marchó hacia la derecha de nuestra línea, para combatir el ala izquierda contraria, que nos iba dominando por la falda del cerro.

Inmediatamente, la 1ª compañía de Zuavos marchó a apoyar el flanco derecho del batallón cívico; dos piezas de artillería se colocaron a la izquierda de nuestra línea para contestar los fuegos de las que el enemigo había situado sobre la derecha; otra se apostó en el centro, un poco a retaguardia para hacer fuego sobre la derecha y desalojar al enemigo de la eminencia que ocupaba su izquierda; y la 4ª, siguió siempre al costado izquierdo de nuestra guerrilla.

El batallón de línea y la 2ª compañía de Zuavos quedaron de reserva en la falda del cerro, sobre el costado izquierdo de nuestra línea de batalla, hasta el momento en que se les dio la orden de entrar en acción avanzando de frente sobre el centro enemigo.

En esta forma, continuó el combate hasta las once de la mañana. A esta hora, el ala derecha del enemigo se había replegado en gran parte sobre nuestra izquierda, amenazando envolverla, mientras que una parte de su artillería lanzaba sus proyectiles sobre nuestra reserva.

A esta hora, para desalojar al enemigo de la izquierda que se hallaba comprometida, unos 30 lanceros al mando del capitán mayor Saavedra, juntos con la 2ª compañía de Zuavos, cargaron el ala derecha enemiga hasta desalojarla del punto que ocupaban. Pronto, la artillería enemiga quedó en nuestro poder, con todos sus pertrechos de guerra. Desde este momento, ya no se pensó en coordinar movimiento alguno: a los gritos de carga de nuestros bravos, a su impetuosidad, la turbación del enemigo llegó a su colmo.

Abandonados por su jefe, acosados por los nuestros, el enemigo emprendió su retirada, que pronto se convirtió en derrota completa.
La última carga que dio nuestra derecha, dirigida en persona por US., y efectuada por mi guerrilla y el batallón voluntario de Atacama, completó la derrota de los enemigos en su ala izquierda; como la que al momento dirigieron al comandante Saavedra y varios otros jefes con los Zuavos, Cívicos y de Línea, que no habían perdido un momento, su posición completó la derrota de su derecha.

A las doce nuestro triunfo era completo, quedándonos expedito el camino a La Serena de la que tomamos posesión en medio de vítores del pueblo, como a las tres y media de la tarde.

Nuestra tropa, debilitada por la marcha larga y penosa, rendida de cansancio y de necesidad, no se hallaba en estado de perseguir al enemigo que huía hacia el puerto de Coquimbo; el que por otra parte, marchaba en buenas cabalgaduras.

Toda la artillería enemiga, compuesta de cuatro magníficas piezas, más de cuatrocientos fusiles y rifles, pertrechos de guerra, de toda clases, vestuario, cajas de guerra, cornetas, algunas espadas y más de ciento ochenta prisioneros; incluso, un jefe de batallón y cinco oficiales quedaron en nuestro poder.

Al entrar en combate, las fuerzas enemigas contaban de 1.600 hombres de todas armas. Sin contar los prisioneros y los dispersos que ascenderán a 400 hombres más o menos, han caído valientemente muertos en campo de batalla, incluso algunos oficiales y más de cien heridos. Por nuestra parte hemos tenido a más de SS.ª, un jefe, siete oficiales y sesenta y tres individuos de tropa.

El solo prisionero que nos hicieron fue el bizarro ayudante de E. M., don Bernardo Moreno, cuya impetuosidad lo llevó al centro de las filas contrarias.
No me detendré en recomendar el mérito distinguido de cada uno de los jefes, oficiales y soldados de nuestro ejército, puesto que US. conoce su impetuosa bravura.

Arturo VolantinesEl dolor que llena mi alma por la pérdida de nuestros nobles compañeros, muertos por la santa causa que patrocinamos, neutraliza el placer que debíamos sentir por la victoria, impidiéndome el ocuparme de detalles y tantos hechos heroicos como a cada paso presenciamos en nuestras filas.

Inmortalizados quedarán nuestros héroes y encumbrada la gloria de Atacama y Coquimbo.

RECOPILACIÓN. 

Arturo Volantines Reinoso, el poeta de la nueva revolución atacamenya.

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ATACAMA ERES TÚ.

05 febrero 2014 0 comentarios




I There comes a time, when we heed a certain call When the world must come together as one. There are people dying And its time to lend a hand, to life, There greatest gift of all.

II
We cant go on pretending day by day That someone, somewhere will soon make a change We are all a part of gods great big family And the truth, you know, Love is all we need.

III
Chorus:
We are the world, we are the children We are the ones who make a brighter day So lets start giving
Theres a choice we're making We're saving out own lives Its true we'll make a better day Just you and me.

IV
Send them your heart, so they'll know that someone cares And their lives will be stronger and free. As god has shown us, by turning stones to bred So we all must lend a helping hand

V
Chorus:
We are the world, we are the children We are the ones who make a brighter day So lets start giving
Theres a choice we're making We're saving out own lives Its true we'll make a better day Just you and me.

VI
When you're down and out, there seems no hope at all, But if you just believe theres no way we can fall Let us realize that a change can only come When we stand together as one.

VII
Chorus:
We are the world, we are the children We are the ones who make a brighter day So lets start giving
Theres a choice we're making We're saving out own lives Its true we'll make a better day Just you and me.

 I
Se acerca el momento, en el que debemos considerar el llamado, Cuando juntos el mundo se convierte en uno solo. Hay gente muriendo y Es tiempo de tenderle una mano a la vida, el regalo más grande de todos.

II
No podemos seguir, creyendo cada día Que alguien, en algún lugar, hará un cambio, Todos somos parte de la gran familia de Dios Y la verdad, tu sabes Amor es todo lo que necesitamos.

III
Coro: Nosotros somos el mundo, nosotros somos los niños, Somos nosotros los que debemos hacernos más brillante el día, entonces empecemos a dar. Es una elección que estamos tomando. Estamos salvando nuestras propias vidas, Haremos un día mejor entre tú y yo.

IV
Envíales tu corazón, ellos sabrán que alguien les preocupa,
Y sus vidas serán más fuertes y más libres. Como Dios nos ha enseñado a convertir las piedras en pan, Nosotros debemos tender una mano auxiliadora.

V
Coro: Nosotros somos el mundo, nosotros somos los niños, Somos nosotros los que debemos hacernos más brillante el día, entonces empecemos a dar. Es una elección que estamos tomando. Estamos salvando nuestras propias vidas, Haremos un día mejor entre tú y yo.

VI
Cuando estás derrotado y, te parece que no hay esperanza Pero si tú, simplemente creyeras, no hay forma que podamos caer Debemos comprender que el cambio sólo vendrá, cuando nos pongamos de pie todos juntos, como uno solo.

VII
Coro: Nosotros somos el mundo, nosotros somos los niños, Somos nosotros los que debemos hacernos más brillante el día, entonces empecemos a dar. Es una elección que estamos tomando. Estamos salvando nuestras propias vidas, Haremos un día mejor entre tú y yo.


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ATACAMA RUGE. LA REBELIÓN DE LAS REGIONES

16 enero 2014 0 comentarios



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