En este artículo, reflexionamos en torno a la institucionalidad que facultaría una mayor autonomía para los Gobiernos Regionales: bajo la forma de un Estado Federal, en el cual habría un Intendente o presidente regional, a cargo del ejecutivo en las regiones del país.

Mucho se ha hablado sobre descentralizar el país y en realidad se ven muy pocos avances en la materia y que más encima muchas veces se contradicen teniendo el desigual subsidio y la compensación a regiones que implica el Transantiago, o como el deseo de algunos parlamentarios centralistas de que retorne el Congreso Nacional a Santiago, hechos frente a los cuales es válido preguntar ¿Qué ruta hay que seguir para descentralizar el país? ¿Qué pasaría si tuviésemos regiones completamente autónomas, como en una federación?

Primero que todo ¿Qué es una federación?.

Federación: es un Estado conformado por la reunión de varias entidades territoriales, suele denominarse Estado Federal o República Federal, en forma coloquial diríamos que cada región seria una réplica del gobierno en un país pequeño (Región), con leyes, gobiernos y Seremis (ministerios) propios con Consejeros Regionales e Intendentes elegidos por el pueblo en cada región.

Cuando uno piensa en una Federación o en Estados autónomos, se piensa automáticamente en Estados Unidos y en enormes territorios, afirmación que solo es verdad hasta cierto punto, pues EE.UU no es el único modelo de una República Federal y tampoco significa grandes territorios, de hecho la mayoría tiene territorios similares a las de nuestras regiones, y además no solo EE.UU es un república federal sino que hay cerca de una veintena de paises que adoptaron esta forma de gobierno, los cuales podemos dividir en dos grupos, el primero con Estados Independientes, donde hay libertad de leyes y en donde los Estados Federados no están subordinados a un Estado central y; el segundo con Estados Dependientes, donde los poderes de los estados autónomos son limitados, y en muchas materias dependen de un Estado central a cargo de la capital; en la primera clasificación entraría EE.UU, Australia, Alemania, Canadá; India, Italia, Rusia, entre otros y en la segunda: Argentina, España, Venezuela, Brasil, México, entre otros.

Chile debido a su gran territorio debería seguir un modelo de Regiones o Estados Autónomos, porque la gran longitud de nuestro país hace que las comunicaciones entre las regiones y la Capital no sean fluidas ni rápidas, la diversidad de climas afecta tanto la cultura como los negocios, la identidad regional y sus visiones de desarrollo, las necesidades económicas, y también la autosuficiencia financiera punto vital para que un Estado Autónomo exista.

Creemos que la razón por la cual el intento federal en 1826 en Chile fracasó, fue por que en ese tiempo las únicas ciudades consolidadas eran Santiago, La Serena, Copiapó y Concepción, junto con el permanente y aún vigente conflicto mapuche, (hoy también el de Rapa nui), todo esto sumado a inexistentes rutas de comunicación lo que hacía inviable un proyecto de esa magnitud.

En la actualidad ad portas de cumpilr 200 años como una República Independiente, la problemática de convertirse en una Republica Federal, es que se requiere de una voluntad política gigantesca, porque de partida no solamente significa una nueva Constitución sino también desmembrar todo el aparataje público y político de Chile, sin embargo basándonos en la realidad geo-económica de Chile y el porvenir futuro de nuestro país estimamos que la administración nacional debe ser la siguiente:

La Republica Federal de Chile sería así:

Región autónoma de Arica y Parinacota
Región autónoma de Tarapacá
Región autónoma de Antofagasta
Región autónoma de Atacama,
Región autónoma de Coquimbo,
Región autónoma de Valparaíso,
Región autónoma Metropolitana,
Región autónoma de O’higgins,
Región autónoma del Maule
Región autónoma del Bio-Bio
Región autónoma de la Araucania
Región autónoma de los Ríos,
Región autónoma de de los Lagos,
Región autónoma de Aysen,
Región autónoma de Magallanes

Santiago seguiría siendo la capital del país y la región metropolitana monopolizaría los ministerios de Relaciones Exteriores, el Ministerio de defensa, el Ministerio de Economía, y el Ministerio de Justicia los que tendrán asiento solo en Santiago con poderes a nivel nacional.

Los demás Ministerios en cada Región Autónoma tendrán su versión local llamadas Seremías a cargo de un Seremi (un Ministro Regional) que será empleado de exclusiva confianza del Intendente quien será la máxima autoridad regional y que tendrá que ser elegido por votación popular.

Toda industria y empresa deberá tributar en la Región donde tengan asiento sus instalaciones principales; además los impuestos e ingresos generados en cada Región Autónoma, se quedaran en la misma Región, descontando un generoso porcentaje de los ingresos Regionales para financiar los gastos nacionales.

El Intendente designará a los Seremis y a los Gobernadores Provinciales, y podrá llamar a referéndums ciudadanos para aprobar o modificar leyes Regionales, es un símil de un Presidente Regional. Serán los Gobiernos regionales quienes administrarán los recursos para Educación y Salud Pública, asuntos que volverán al Estado Descentralizado, para quitar ese peso a las Comunas como es ahora.

Consecuentes con este plan, deberán otorgarse facultades a las regiones para dictar normas de alcance general (leyes) en su territorio jurisdiccional, el órgano deliberativo y legislativo será el Consejo Regional. Habrán leyes regionales cuyos proyectos podrán someterse a discusión mediante una moción de un quórum mínimo de Consejeros Regionales o mediante mensaje del Intendente.

El Congreso Nacional mantendrá ambas cámaras, representantes de todas las regiones y dictará leyes de alcance general para la nación en aquella órbita que queda fuera de la competencia otorgada a los Gobiernos regionales.

Quizás algunos piensen que un sistema federal o de Regiones autónomas tiene sus problemas, y es verdad no todo sistema político es perfecto, ni el sistema federal es la panacea, pero sin dudas es mejor que el nefasto y oscuro centralismo que impera.

Un Estado nacional de regiones autónomas por sobre todo tiene cosas a favor como la de que cada región elija como se gasta el dinero y trace sus propios planes en salud, eduación, obras públicas y otros, dándole poder de decisión a la gente, con una consecuente y verdadera participación ciudadana, pues en otros países cuando hay elecciones para elegir a la máxima autoridad regional, en esa mismas elecciones se votan propuestas y leyes diversas, que tienen que ver con el marco legal de cada región.

Cualquiera que viva en Chile, y piense con un espíritu desinteresado y orientado hacia el bien común comprenderá, que esto es algo necesario y que es posible de llevar a efecto incluso con nuestro sistema político actual, por que la reforma de la Constitución es inevitable.

Arriba Chile, Arriba las regiones.

Por el Chile que anhelamos, atentamente, Felipe D´ Castello y Julio León Morales Daviu.