La opinión y el voto de nuestros legisladores siempre deben llegar, o al menos estar disponibles para los ciudadanos.
Si no podemos supervisarlos nosotros entonces ¿quién?.

Las manifestaciones ciudadanas que se expresan en las graderías del congreso no pueden ni deben ser coartadas, pocas veces el ciudadano tiene el espacio para asegurarse de ser escuchado por los legisladores. Estos últimos generalmente presentan y ofrecen vías de comunicación, pero ¿qué certeza tenemos de que ellos realmente leen nuestros e-mails?

Si un ciudadano quiere que el legislador tenga presente algo al momento de votar, está en su justo derecho. Creo que es necesario que nuestros legisladores sientan ese gritillo detrás de la oreja que les dice "te estamos viendo y escuchando". Es cierto que algún freno debe haber para esos vociferantes que insultan, y hasta lanzan proyectiles, pero de ahí a hacer todo secreto o creer que esa es la solución, no señores. (No calibran el daño letal que infringen a nuestra democracia).
Con esta censura, fomentan y amparan a los “hombres de los maletines”, con esta clausura, protegen y promueven ese oscuro y complicado lobby asociado a la información privilegiada, ese lobby escondido, que repugna y que representa uno de los peores flagelos de nuestra política, y que no dudo en calificar de a lo menos despreciable.
Con esta ley, se amparan los procesos corruptivos y hacen la política más sospechosa y desprestigiada aún para la gente, con esta ley se ensucian las negociaciones y cualquier intento de transparencia. Lamentablemente, de muchos de esos políticos se puede esperar cualquier cosa, total después dicen que no vieron ni leyeron lo que firmaron.

Y después se preguntan ¿porque está tan desprestigiada la clase política?...

Una vergüenza...
Atentamente,
Hernán Aravena Noemi, Ingeniero Civil, y Julio León Morales Daviu, Abogado, Copiapinos, Atacameños