Nosotros los de Atacama deberemos viajar a Santiago para ver la cápsula. Eso no resiste análisis, eso es de un egoísmo, falta de humanismo, de una prepotencia y desprecio sin límites en contra de las regiones, además de ser una medida injusta, ciega, y muy poco inteligente.

Deberían pedir perdón por el atropello, crueldad, y el desprecio en que han incurrido.

Siempre (ellos) se ponen en primer lugar, y esta vez al pueblo de Atacama no nos dejaron “ni siquiera ver, exhibir, ni menos tocar la cápsula Fénix II” en nuestra propia región antes de llevársela a escondidas parecido como hacen los ladrones como dijo notoriamente dolido el Edil Copiapino.

Sí, eso es, se la llevaron a espaldas nuestras, y eso se aparta de los buenos modales que nos enseña la vieja tradición de nuestro pueblo.

¿Qué les costaba haberla dejado aunque sea unos días en nuestra región para ser vista por su pueblo?

En fin no se puede esperar más de ellos los centralistas (y los hay de todas las tendencias) que nos adulan solo para secarnos la sangre y recursos, como crueles vampiros, presas de el inconmensurable placer que les caracteriza por abusar de las regiones que les dan de comer, a quienes se les obnubila la mente cuando se trata de satisfacerse ellos mismos.

Todo lo bueno que pudieron hacer para ayudar a un puñado de valientes mineros, lo están borrando con el codo con esta bofetada al orgullo de todo un pueblo de una región nortina que no ha sido, no es, ni será jamás genuflexa del poder central cuyo pestilente hedor fétido y molesto, trasciende los límites del comportamiento fraternal a que estamos obligados, pero que ellos por lo que muestran sus actitudes, son incapaces de cumplir.

Ya no es tanto la cápsula misma, sino la actitud de esos centralistas torpes, es asunto de orgullo, honor, y hasta dolor al ver cómo nos desprecian y abusan esos centralistas que deberìan obrar como nuestros hemanos. El desdén de su actuar ya raya en la xenofobia.

Egoistas eso son. Inhumanos eso son. Egocéntricos eso son. Ciegos y aprovechadores eso son.

Que Orco les reserve el coy que les corresponde.



Irritada hasta el colmo, la II Asamblea Regionalista de Atacama.