Al leer en las páginas 2 y 3 del diario Atacama, del Tema del Día 1 de septiembre de 2011, con desagradable sorpresa y molestia, me he enterado el día de ayer que la empresa Aguas Chañar se encuentra en un proceso de materialización de unos pozos en el Sector de Piedra Colgada, correspondiente a la zona 5 de la zonificación de la hoya hidrográfica del Río Copiapó, del cual como es evidente ya no va quedando casi nada, con los cuales pretende extraer alrededor de 800 lts. por segundo de aguas fósiles que se encuentran en dicha cuenca, que como bien lo sostiene una explicación de dicho concepto son aguas NO RENOVABLES en lo inmediato, zona que según los datos aportados contiene embalsados una cantidad aproximada de 1.416 millones de metros cúbicos. Sólo faltan los permisos de la DGA (que se supone debería proteger el recurso) y la finalización de los trabajos del pozo que debiera estar operativo a fines de septiembre.

El tema es sumamente delicado pues se trata de un bien necesario e indispensable para la vida humana, y la vida en general, sobre el cual hemos visto como el Estado lo entrega a empresas privadas para que lucren con él, sin frenar a tiempo y con una dirección fuerte y concreta respecto de acciones a tomar que permitan mitigar la escasez de este recurso, ya sea con modificaciones legales o constitucionales que persigan tal objetivo.

Ha existido una sordera tremenda desde el nivel central (y esto trasciende a todos los gobiernos) pues el tema de la sequía en esta región no es nada nuevo y permanentemente vemos a nivel país, salvo en las zonas restringidas, como se hace público el otorgamiento indiscriminado de derechos de agua, el traslado por doquier de los puntos de captación, o como se vulnera flagrantemente la norma al permitir que desde ciertas zonas se permita el extraer grandes cantidades de agua y vía servidumbre a través de cañerías o ductos sea trasladada dicha agua desde nuestra cuenca para satisfacer proyectos mineros ubicados incluso a más de 100 kilómetros desde el lugar de extracción. En algunos casos lo mismo se permite con toda facilidad a algunos, para regar terrenos lejanos al valle de Copiapó, y que antes nunca fueron agrícolas. Para ello se publican avisos en radio con coordenadas UTM, y también en la prensa escrita que el ciudadano común no lee ni comprende.

En la situación actual lo que está promoviendo la empresa Aguas Chañar ocasionará un grave e irreparable daño a nuestra cuenca pues ya se secaron (tal como ellos mismos lo señalan) todos los pozos de la zona 4, dejando de paso en la ruina a pequeños agricultores, lo que obligó a constantes manifestaciones de la ciudadanía, específicamente la del sector de Paipote ante los continuos cortes y mal estado en la entrega del servicio, a lo que responden con esta pseudo solución que en definitiva logrará satisfacer o solucionar el problema de la escasez en lo inmediato pero que a la larga ocasionará un daño mayor cual es que todas nuestras cuencas se sequen definitivamente, pues insisto se trata de aguas fósiles y disculpen mi ignorancia pero hasta lo que yo tengo conocimiento no se ha exigido ni presentado ningún estudio realmente científico e imparcial, sobre el impacto que ello tendrá en nuestro medio ambiente. Es decir pan para hoy y desnutrición para mañana.

La solución está y requiere por un lado voluntad política (correspondiente a nuestras autoridades y en especial a la DGA) y por otro lado que la empresa, tal como lo esbozan tímidamente en el artículo, invierta derechamente en la desalación de agua de mar o compre agua desalinizada a las empresas mineras que ya han ofrecido y están desarrollando este sistema y que eventualmente dispondrán de este recurso para comercializar. Si el tema es más costoso, repito lo mismo que manifesté en un artículo respecto a críticas de la doble vía entre Vallenar y Caldera, existe el rol subsidiario del Estado y es en estos temas donde debe dejarse sentir fuertemente.

Cuidemos nuestros recursos vitales, aplaudo iniciativas como las del Senador Baldo Prokurica, pero insisto necesitamos que se tomen decisiones urgentes de fondo y de largo plazo sobre estas materias, que permitan la extracción o producción sustentable de nuestros recursos y que impidan, para el caso específico, que se seque definitivamente la cuenca de nuestro amado y milenario Valle, porque las empresas cuando no puedan hacer su negocio (por escasez del recurso o producto) se irán y serán nuestros hijos y nietos quienes se quedarán sumidos en la más triste sequía y olvido cual salitrera del norte del país.

Francisco Nehme Carpanetti, Abogado Copiapino y Atacameño, a mucha honra.