Nosotros, los amantes de atacama, los hijos de esta tierra, quienes seguiremos viviendo aquí, en este pedazo de paraíso donde probablemente también nacerán y crecerán nuestros hijos, ¡Queremos desarrollo para nuestra región y exigimos trabajos decentes y dignos!.

Lamentablemente por cómo se comportan algunos siempre genuflexos al orden centralista, ha sido escaso el desarrollo económico que ha llegado a nosotros, y está claro que si no se les exige el respeto necesario a las cúpulas centrales no vendrán motu proprio en nuestra ayuda.

Para cambiar esta situación debemos unir a Atacama, ser firmes y exigir la reforma de la constitución, insistir en la autonomía anhelada y justa, la implementación de otras ideas más viables y rentables para nuestro futuro y región. Si Santiago es Chile, Vallenar también lo es, y si no, entonces sería mejor dejar el cinismo y que cada uno se las arregle con lo que tiene, no como hasta ahora, que las elites centrales viven acomodadas a costillas de la explotación de las provincias y de los pobres que pululan en la capital.
Avancemos y no claudiquemos en la búsqueda de tener fuentes laborales dignas, y no con la inconsciencia de la avaricia que no trepida en medios para satisfacerse muchas veces con labores que ponen en serio riesgo nuestro futuro. Queremos desarrollo sustentable, no solo crecimiento económico irracional, el que además de no llegar a quienes vivimos acá, destruye sin consideraciones nuestro entorno, nuestra vida y nuestra cultura. Debemos amar a esta tierra, dar el ejemplo y que sea el norte del país, el verdadero norte hacia dónde dirigir nuestros pasos.

Hasta el momento muchos de los proyectos que se desarrollan en Atacama no responden a las necesidades de las personas, sino al mezquino interés de solo algunos a quienes obviamente por lo que hacen se nota que solo les interesa explotar nuestros recursos no renovables, y que no les importa dejar deterioros irreparables en nuestras proyecciones de vida como así también en la misma Geografía de la tierra, nuestro patrimonio sin dejarnos nada o casi nada, valioso y perenne a cambio, eso es natural y la culpa no es de ellos sino que de la autoridad central que no impone el respeto que con autonomía podríamos exigir.

Tenemos todo para vivir y desarrollarnos!! Minerales valiosos, ríos (en un caso lo que va quedando), mar, montañas!!!, no tenemos porqué permitir que nos exploten, nuestro orgullo nos lo impide. Con lo que aportamos al país, debiésemos tener Salud, Educación, Derecho a la Vivienda, Transporte Público y Sueldos Dignos, Pensiones confortables, con oficios que nos hagan felices, en donde nuestros hijos se desarrollen como seres e individuos libres, felices de vivir y de respetar el entorno en el cual se han criado.

Es preciso insistir en estas demandas, sin transarlas, porque es evidente el resultado funesto del sistema centralista que impera en nuestro país, que es incapaz de acercarse a las realidades locales y de ejercer un adecuado y eficiente control, en aras del bien común y del país.

No queremos convencernos definitivamente, (aunque por como se comportan no nos va quedando otra), que quienes deberían velar por nuestros derechos, no vean lo que hasta un niño puede ver, lamentablemente muchos de ellos no hacen nada por evitar que nuestra riqueza se vacíe casi sin dejar a cambio los beneficios que es de esperar, para el lugar de donde se extrae la riqueza y sus trabajadores, eso salta a la vista, y se evidencia, desde la actual situación que como atacameños viven miles de familias en calidad de pobres o indigentes, muchos de ellos sin casa y sin condiciones básicas para vivir. La educación es miserable (salvo un par de excepciones), y tiene una tremenda brecha en relación con la que imparten en el sector oriente de Santiago.

El transporte público en Atacama no cumple con las necesidades de los usuarios, distinto de lo que sucede con el Metro y las micros en Santiago con platas de todos los chilenos, la Salud y la Medicina a la que no tenemos acceso, ni siquiera hay médicos en todas las especialidades, las carreteras homicidas que se nos otorgan, todas manifestaciones constantes de la falta de respeto que sufrimos nosotros como chilenos que vivimos en regiones.

Atacameños, hermanos del norte, batallones de zuavos resilientes, a seguir vigilantes, unidos y organizados, movilizándonos por conseguir y hacer real la autonomía justa en este país. Somos nosotros los responsables de exigir con nuestras acciones presentes un mejor mañana y un mejor cemento para el camino por el cual transitarán nuestros hijos, de quienes seremos ejemplo en la búsqueda de sustentabilidad y progreso para nuestra Atacama.

atentamente, María Fernanda, hija de Vallenar.