DEFENDAMOS LA PATAGONIA, PARA EL PAÍS Y NO PARA LOS EXTRANJEROS Y PIJES. COMPATRIOTAS QUIENES DICEN NO A HYDROAYSEN, NO TIENEN LA RAZÓN.

THINK TANK CENTRO DE ESTUDIOS ATACAMA
Mucho vociferan un puñado de gente utilizada por extranjeros que entran como turistas, secundados por un grupúsculo de pijes que obran como pseudo ecologistas, hasta se pueden ver modelos, “opinólogos”, y algunos profesionales salidos de carreras tipo “olla a presión”, que opinan con toda soltura o simplemente repiten frases hechas y slogans sin saber ni alcanzar a comprender lo que dicen, y que son financiados por poderosos capitales a quienes no les conviene que el país procure caminar hacia su independencia energética.

Repiten, que se afeará el prístino paisaje con las represas, que después se perjudicará la vista en otras regiones con el tendido eléctrico, y muchas otras sandeces, que no toman el real peso que tiene el problema energético que tenemos en el país.

Bueno compatriotas, y acá en el norte ¿qué?. Claro ese extranjero turista, ese grupo de pijes y las otras ignaras comparsas que les llevan las de abajo, no vienen para acá, por lo que no parecen ni saber que cada faena minera que se instala en estos lados, afecta mucho más el paisaje, también al suelo, el agua, el aire, la fauna, y lo que es más grave, la mismísima salud humana.

Basta echar una mirada al hoyo de Chuquicamata, de Escondida, Cerro Imán, y otras tantas faenas mineras, para darse cuenta que acá, no se trata hacer supuestamente más feo el paisaje, sino de contaminación, y destrucción, y que esos atentados los cometen también algunas empresas públicas en una constante explotación de nuestros recursos naturales no renovables que se llevan para no regresar y sin dejarnos lo que corresponde.

Esos pijes deberían echarse una vuelta por Calama, Tocopilla, Mejillones, Taltal, Chañaral, caso especial el de Diego de Almagro, Potrerillos, Copiapó, Huasco, y eso por nombrar solo algunos lugares. Si les dijeran que van a vivir acá, de seguro terminarían con una severa depresión.

A esos pijes relamidos que vociferan,(que incentivan y azuzan a una masa ignorante y resentida), parece no importarles, que acá tengamos carreteras de segunda categoría, ni que no tengamos suficientes colegios dignos, ni hospitales decentes, ni que las empresas acá usen carbón, el cancerígeno petcoke, ni que tiren diariamente miles de toneladas de azufre, ácidos, y arsénico a la atmósfera.

Acá a esos vociferantes, no les importa, que se nos hayan secado ríos milenarios, y afectado glaciares, pero eso sí, que no les vayan a afectar la belleza de esos puros parajes en el sur, que más está decir que será afectado, con una hermosa represa, que ojalá construyeran acá en Atacama, para retener el agua que hoy no tenemos, y que la Patagonia despilfarra irremediablemente y a raudales en el mar, por culpa de estos vociferantes y turistas que hoy reclaman y reclaman pero que no tienen la razón.

A esos vociferantes, no les preocupa y olvidan, que acá en el norte es donde sufrimos las más graves consecuencias que regularmente traen aparejadas muchas actividades que se realizan para cubrir la necesidad de crecimiento y desarrollo del país entero, y al mismo tiempo es de donde se obtienen los pesos que se les dan para que puedan subsistir, y sin embargo eso parece que no les importara. Solo miran su propio y mezquino interés.

Si esos vociferantes, en su mayoría financiados por capitales extranjeros, no quieren que se les afecte en nada sus idílicos paisajes, si no quieren represas ni tendidos eléctricos para que se traiga energía hacia el norte, entonces es válido proponer que se auto sustenten, y dejemos para nosotros los miles de millones de dólares que sacan de las entrañas de nuestro suelo y que el país nos quita diariamente para alimentarlos a ellos.

Compatriotas: Defendamos la Patagonia, la hidroelectricidad y la independencia energética de Chile, para Chile y los chilenos, y no para esos extranjeros y pijes, que nada entienden y que nada les interesa el desarrollo nuestro.
Chile con represas, podemos vivir sin oro, no podemos vivir sin agua, atentamente La II Asamblea Constituyente, siempre en el corazón de la nación.

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